Estupefactos deben haber quedado todos los restauradores y arqueólogos que hayan escuchado la intervención del concejal José García, del Partido Popular, en el pasado Pleno, confesando un supuesto atentado contra un objeto de interés singular, una boya histórica ubicada en el entorno del Embarcadero del Hornillo, catalogado como BIC. Literalmente dijo: “Hemos prospectado todo el estado de la boya, la hemos visitado por dentro y por fuera, y es totalmente viable lo que pedía. (…) Lo que usted viene a considerar escasos profesionales del metal es como aquí llamamos a cerrajeros y soldadores, cuyo trabajo consiste en reparar, parchear, unir y mecanizar el hierro”.
Con todo el respeto hacia el trabajo de cerrajeros y soldadores, la restauración de la boya corresponde a restauradores del metal. “Teniendo en cuenta que la boya situada en las inmediaciones del Embarcadero del Hornillo puede ser catalogada como un “objeto de interés singular”, así mismo ha de ser tratada, por manos especialistas”, ha señalado la edil socialista Maido Simó.
“El planteamiento del señor García es un despropósito de principio a fin, resulta insultante que se lleguen a proponer estas intervenciones en nuestro Patrimonio y se hagan de esta forma tan descabellada sin tener en cuenta las consecuencias y con total desconocimiento en la materia”, argumenta la edil de Cultura y Patrimonio. La conservación y restauración de metales, es la actividad dedicada a la protección y preservación de objetos históricos y arqueológicos hechos en parte o totalmente de metal. Incluye todas las actividades encaminadas a prevenir o retrasar su deterioro, como objetos del Patrimonio Cultural que son. Por ello, es muy importante que sea un restaurador de metales quien la lleve a cabo, pues son ellos los especialistas conocedores de la historia de la metalurgia, historia del arte, arqueología, corrosión de los metales, métodos de investigación científica, teoría y ética de la conservación-restauración. Al igual que las intervenciones de conservación y restauración de cualquier otro material, deben respetarse los principios básicos de conservación-restauración basados en la calidad de la ejecución y en la mejor preservación de la identidad e integridad de los objetos culturales, históricos y tecnológicos. Los principios básicos a seguir en toda restauración en manos de profesionales son: Tratamiento de conservación previo de la pieza, intervención mínima, reversibilidad y capacidad de reproducción del tratamiento elegido para su restauración, así como la posibilidad de una fácil identificación de las partes restauradas por especialistas en la materia. Más aún, cuando se trata de una pieza situada en un espacio catalogado de BIC (Bien de Interés Cultural).
El asunto no queda en el atrevimiento de querer que un cerrajero haga el trabajo de un restaurador, sino que los populares han confesado públicamente haber tocado la boya, cosa que, por conciencia cultural y patrimonial denota falta de responsabilidad y ética hacia nuestro Patrimonio local, pues “el concepto ético en conservación de objetos de metal es el mismo que el de otros ámbitos de la conservación-restauración del patrimonio cultural y así lo establece la Dirección de Bienes Culturales de la Región de Murcia”, ha explicado Simó.
Fuente: Agrupación Socialista de Águilas.
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