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Aunque la mayoría ya haya vuelto o esté volviendo a la rutina, lo cierto es que todavía queda más de un mes de verano. Es decir, aún padeceremos las altas temperaturas estivales, tanto nosotros como nuestras mascotas. Y es que, estos tórridos días, unidos a malas prácticas de prevención que a veces se tienen, pueden ocasionarnos serios disgustos en lo que respecta a la salud de los perros.
El calor nos afecta a todos, pero es especialmente relevante en el caso de los perros, porque al no disponer de glándulas sudoríparas repartidas por el cuerpo, únicamente pueden regular la temperatura mediante los jadeos, y eliminar el sudor a través de las almohadillas de sus patas, proceso que de por sí es lento. Esto provoca que, si su temperatura corporal aumenta considerablemente, puedan verse afectados por un golpe de calor, con consecuencias irreversibles en 1 de cada 3 casos.
Según explican los veterinarios expertos de Purina, la aceleración del ritmo cardiaco del perro, acompañada de jadeos con presencia de babas, y de una respiración rápida y nerviosa, son algunos de los síntomas de un golpe de calor en perros más evidentes. A estos comportamientos, suelen añadirse otros de igual importancia:
- Un golpe de calor en perros puede conllevar que su temperatura corporal alcance más de 42ºC, teniendo en cuenta que el nivel medio óptimo en perros es alrededor de 38 a 39ºC
- Se produce una disminución de azúcar y sales en su cuerpo, que puede manifestarse mediante la presencia de temblores, debilidad muscular y falta de equilibrio. En algunos casos, también pueden presentarse vómitos y diarreas
- Sus mucosas y encías pueden adquirir un color azulado debido a la falta de oxigenación en sangre
- El perro puede llegar a perder la conciencia, y sufrir daños mayores tales como hemorragias, insuficiencia renal o hepática, daño cerebral, e incluso fallo multiorgánico
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- Fuente: Bemypartner
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