Siete años de trabajos intermitentes — desde su aprobación, en junio de 2018— lleva ya en obras (es un decir) la idea que la ilusión ciudadana acogió como Centro Hospitalario y que, tal vez, los intereses lo acabaron transformando en un, todavía futuro, Centro Integral. El ya famoso CIAR que —a estas alturas, finales de agosto de 2025, todavía desconoce la fecha de inauguración y puesta en funcionamiento— tuvo fijado en su proyecto que la terminación del mismo sería para junio de 2021, ya acumula un retraso superior a los 1.500 días, desde el inicio; era algo esperado si se tiene en cuenta que las obras se iniciaron en 2022, con nueva previsión de terminación principio 2025.
Mientras tanto, y habiéndose concebido mucho tiempo después, el centro hospitalario privado, a no más de 800 metros del de titularidad pública, ya está operativo aunque, de momento, solamente sea para urgencias. Llegados a este punto, no parece que haya motivos para más retrasos aunque siempre cabe la duda sobre si el CIAR habrá de esperar a que el otro esté en pleno funcionamiento.
Todo parece obedecer a un encaje tal vez predeterminado porque , a juzgar por informaciones periodísticas del pasado mes de junio (¡cuatro años después de aquella fecha prevista para su terminación!), el Servicio Murciano de Salud contemplaba otra inversión de casi cinco millones de euros para finalizar la obra, su correspondiente equipamiento, la adecuación del sistema contra incendios y el acondicionamiento de la zona de cirugía mayor ambulatoria. Este volumen de trabajo, que estaba sin hacer, lo programaron hace dos meses, y todo hace pensar que el objetivo es, solamente, obnubilar a la ciudadanía con tantas inversiones y, a la vez, dar tiempo a intereses ya comentados.
En definitiva, un esperpento social, sanitario y económico que a lo mejor sería materia de análisis por parte de estamentos superiores de control de cuentas.
Fuente: Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública - Área III (Águilas)

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