• El neurólogo Gurutz Linazasoro, miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN), explica que la prevención de enfermedades neurológicas empieza en edades tempranas.
• El experto en Neurología hace hincapié en los beneficios de elementos como el calcio, el mineral más abundante del cuerpo humano y que está presente en alimentos como los lácteos, al favorecer el correcto funcionamiento del cerebro y mejorar la neurotransmisión.
• Según un estudio publicado en la reconocida revista biomédica ‘The American Journal of Clinical Nutrition’, el consumo de lácteos aumenta los niveles del antioxidante glutatión, que ayudaría a evitar el estrés oxidativo, relacionado con el Alzheimer o el Parkinson.
La Copa COVAP, iniciativa deportiva y educativa promovida por la Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches (COVAP), y la Sociedad Española de Neurología (SEN) destacan que llevar hábitos de vida saludables durante la infancia, como practicar ejercicio de manera moderada y seguir una alimentación equilibrada, protege el cerebro y contribuye a la prevención de las enfermedades neurológicas en edades más avanzadas. Los trastornos neurológicos, que padece el 16% de la población española adulta, según la SEN, son además la causa de más del 50% de los casos de dependencia.
Y es que el doctor Gurutz Linazasoro, neurólogo de la SEN, hace hincapié también en los beneficios de elementos como el calcio, el mineral más abundante del cuerpo humano y que está presente también en algunos alimentos como los lácteos, al favorecer el correcto funcionamiento del cerebro y mejorar la neurotransmisión. “Tanto el calcio, como el fósforo y el potasio, entre otros, son sustancias que facilitan la conexión de las neuronas, por lo que una dieta pobre en estos elementos y otras vitaminas acaba por dañar zonas del cerebro que son críticas para la memoria y el aprendizaje de los más pequeños”, matiza.
Asimismo, el cerebro para estar activo necesita un alto consumo de energía y esta proviene principalmente de la glucosa que está presente de manera natural en ciertos alimentos, como las frutas, los hidratos de carbono, el agua y el aporte de vitaminas, minerales y proteínas fundamentales para el desarrollo correcto de su actividad. “Se trata de un órgano que consume el 20% de toda la energía que necesita el organismo, cuando su peso es menos del 2% del peso corporal”, asegura Linazasoro.
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