martes, 10 de noviembre de 2020

Practicar ejercicio y seguir una alimentación equilibrada en la infancia protege el cerebro y previene enfermedades neurológicas que padece el 16% de la población española adulta

 


El neurólogo Gurutz Linazasoro, miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN),  explica que la prevención de enfermedades neurológicas empieza en edades tempranas.

 El experto en Neurología hace hincapié en los beneficios de elementos como el calcio, el mineral más abundante del cuerpo humano y que está presente en alimentos como los lácteos, al favorecer el correcto funcionamiento del cerebro y mejorar la neurotransmisión.

Según un estudio publicado en la reconocida revista biomédica ‘The American Journal of Clinical Nutrition’, el consumo de lácteos aumenta los niveles del antioxidante glutatión, que ayudaría a evitar el estrés oxidativo, relacionado con el Alzheimer o el Parkinson.


 

La Copa COVAP, iniciativa deportiva y educativa promovida por la Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches (COVAP), y la Sociedad Española de Neurología (SEN) destacan que llevar hábitos de vida saludables durante la infancia, como practicar ejercicio de manera moderada y seguir una alimentación equilibrada, protege el cerebro y contribuye a la prevención de las enfermedades neurológicas en edades más avanzadas. Los trastornos neurológicos, que padece el 16% de la población española adulta, según la SEN, son además la causa de más del 50% de los casos de dependencia.  

Y es que el doctor Gurutz Linazasoro, neurólogo de la SEN, hace hincapié también en los beneficios de elementos como el calcio, el mineral más abundante del cuerpo humano y que está presente también en algunos alimentos como los lácteos, al favorecer el correcto funcionamiento del cerebro y mejorar la neurotransmisión. “Tanto el calcio, como el fósforo y el potasio, entre otros, son sustancias que facilitan la conexión de las neuronas, por lo que una dieta pobre en estos elementos y otras vitaminas acaba por dañar zonas del cerebro que son críticas para la memoria y el aprendizaje de los más pequeños”, matiza. 

Asimismo, el cerebro para estar activo necesita un alto consumo de energía y esta proviene principalmente de la glucosa que está presente de manera natural en ciertos alimentos, como las frutas, los hidratos de carbono, el agua y el aporte de vitaminas, minerales y proteínas fundamentales para el desarrollo correcto de su actividad. “Se trata de un órgano que consume el 20% de toda la energía que necesita el organismo, cuando su peso es menos del 2% del peso corporal”, asegura Linazasoro.  

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