- Greenpeace presenta un informe que calcula cuánto podremos regar en las próximas décadas, según datos oficiales sobre el cambio climático, que pronostican menos precipitaciones y más calor, o sea, menos agua disponible
- Si nada cambia, sólo un recorte del 20-25 % del regadío actual podría garantizar disponibilidad de agua suficiente para la población, pero los planes hidrológicos siguen proyectando aumentar los regadíos
- Hoy se cierra el año hidrológico 2023-24 con cifras mejores que el anterior. “Es un dato puntual y en vez de celebrar hay que trabajar: la crisis del agua se soluciona cuando hay agua porque, cuando falte, será tarde”
La emergencia climática hará que, antes de 2040, sea necesario reducir, en casi un millón, las hectáreas de riego actuales en España, especialmente las dedicadas a la agricultura intensiva e industrial. Esa es la conclusión del informe publicado hoy por Greenpeace bajo el título “¿Cuánto podremos regar? Análisis del agua disponible en una España con cambio climático”, que cuantifica el impacto que tendrá la reducción prevista de disponibilidad de agua en los próximos años (2030-2100) sobre el campo, teniendo en cuenta las previsiones meteorológicas y de aumento de la demanda, detalladas en el tercer ciclo de planificación hidrológica (hasta 2027).
Nuestro país cuenta con 3.975.000 hectáreas de regadío en la actualidad. Ha seguido aumentado sus regadíos hasta 2022 y propone, a corto plazo, seguir aumentándolos, como se observa en los diferentes planes hidrológicos de cuenca. Sin embargo, la propia estrategia de lucha contra la desertificación y todos los modelos climáticos para el futuro señalan que cada vez habrá menos recursos disponibles, más sequías y más frecuentes. Las precipitaciones serán más irregulares, por ello habrá más sequías y, paradójicamente, más inundaciones. Aumentarán los conflictos por el agua, como ya se ha visto, entre agricultura e hidroeléctricas, el uso urbano y el recreativo o los caudales ecológicos de los ríos y los ecosistemas acuáticos, que hasta ahora no se incluían en la ecuación. Pero también entre comunidades autónomas y, en el futuro, entre comarcas o ciudades, por los aumentos de demandas y la disminución del recurso agua disponible.
Fuente: Prensa Greenpeace
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