Muchos niños han sufrido trastornos de conducta y pesadillas durante el
estado de alarma y, ahora que vuelven a la normalidad, les está
costando volver a relacionarse presencialmente
Ahora toca ir recuperando la vida que habíamos dejado confinada: salir a la calle, ver a los amigos, tomar el autobús... Algunos niños y jóvenes «se han conectado» virtualmente con videojuegos y con amigos; se han acostumbrado a vivir encerrados y les está costando salir. Hay gente mayor que es muy consciente de su vulnerabilidad y que ahora vive con miedo. Se detectan casos de ansiedad, angustia y agorafobia o, por el contrario, gente que vive sin ninguna prudencia. Cada persona es un mundo, pero los psicólogos recomiendan parar un momento y hacer una reflexión sobre qué nos ha pasado y qué sigue pasando.
«Por
mucho que ahora llamen "nueva normalidad" a lo que vivimos, es nueva
pero no es normalidad», asegura María del Carmen Rodríguez, tutora del
grado de Psicología y directora de un centro de psicología. Tras estos
meses encerrados, volvemos a las calles, a las tiendas, a los
despachos... Y nos encontramos con gente. Según esta psicóloga, «será necesario tener muy en cuenta las agorafobias (por el confinamiento) y los cuadros de ansiedad,
tanto por los efectos sanitarios como por la repercusión económica y
social». Rodríguez trabaja mayoritariamente con niños, pero justamente
durante la vuelta «se ha encontrado con nuevas consultas de adultos con
cuadros de ansiedad, de parejas afectadas por el confinamiento y de
niños con fobias, pesadillas y problemas de conducta».
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