Centenares
de aguileños quisieron estar presentes ayer en el último adiós a Asunción
Balaguer, la gran dama del teatro español, Hija Adoptiva de Águilas y compañera
de vida del inolvidable Francisco Rabal.
La
capilla ardiente con sus cenizas se instaló en la Casa de Cultura que
lleva el nombre del que fuera, coincidían todos en señalar, el amor de su
vida y hasta ella llegaban su hijo, el cineasta Benito Rabal, arropado por
familiares y amigos, entre ellos el actor lumbrerense, Ginés García Millán,
quien le dedicó unos versos al tiempo que recordó su último encuentro hace unos
años en la casa familiar.
Tampoco quisieron faltar los integrantes de la
Cuadrilla de la Cuesta de Gos que con un “adiós querida Asunción, dale
recuerdos a Paco” se despidieron de esta magnífica actriz y aún mejor persona.
Sobre
Asunción, dijo su hijo, “nunca fue una mujer sometida; siempre fue libre,
digna, buena persona, abierta, luchadora y comprometida”. Asunción que siempre
se sintió una aguileña más fue correspondida ayer con el amor de todo su
pueblo; un pueblo en el que ya reposan sus cenizas junto a las de su querido
Paco y, comentaba su hijo cariñoso, “una botella de vino dulce y dos copas para
que puedan bebérselo juntos”.
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