El Belén de Águilas, creado por Antonio García Ayala

Antonio García Ayala, maestro belenista

EL  BELÉN  DE ANTONIO GARCIA  AYALA.

"EL  BELÉN  DE  ÁGUILAS "

Una de las tradiciones con más arraigo y espectación en Águilas durante las fechas navideñas, es la colocación y apertura del monumental belén de Antonio García Ayala. Este año, Antonio ha montado el tradicional belén en el antigüo local de Benetton, en la calle Marín Menú de Águilas, contando con la ayuda y apoyo del Ayuntamiento de Águilas.

Desde que San Francisco de Asís montara su primera representación en su umbría natal y pasando por la costumbre napolitana del gran imaginero Salzillo en Murcia, ha pasado algún siglo que otro y continuamos viendo a través de este fastuoso montaje, que el espiritu murciano del belén tiene continuidad bajo las manos artesanas de Antonio García Ayala, conocido empresario de Águilas.

El tradicional belén que ya pertenece de una manera propia a la Navidad aguileña y cuya apertura esperan impacientes miles de niños y mayores, cuenta cada año con algunas escenas nuevas y algún que otro edificio nuevo.

Antonio García Ayala, maestro belenista con 55 años de experiencia, es el responsable del acabado final y de la estética general de la popular representación. Desde su infancia sintió esta afición por los belenes, desarrollandola después en Lorca, donde cada año montaba para sus hijos un espléndido belén familiar. Durante el servicio militar en Melilla, donde era maestro de carpintería, montó su primera escenificación, y en 1966 construyó el primer belén en los escaparates de la primera tienda de Muebles San José en la aguileña calle de Floridablanca, siendo galardonado en los años 70 en diferentes ocasiones por algunas asociaciones belenistas de Murcia y Lorca.

Por tanto, podemos asegurar que Águilas cuenta desde hace 50 años con uno de los belenes más vistosos e interesantes de nuestra Región, y posiblemente, gracias a la aportación de Antonio García, ha renacido en nuestra ciudad una afición y tradición recuperada, en este sentido muy destacables.

La fantástica recreación del entorno bíblico cuenta con casi 180 edificaciones y palacios del lugar. Las plantas y el musgo son naturales y aparecen unas 450 figuras de barro y tela en total. Así mismo, cuenta con unos generosos palmerales, chumberas, 3 mezquitas, 4 fuentes manando agua, plantaciones de tomates y lechugas en miniatura y un caudaloso rio que atraviesa todo el conjunto y que con su discurrir mueve una antigüa noria árabe. Son numerosas las figuras que llaman la atención con sus curiosos movimientos y que hacen que las escenas tengan auténtico realismo; Cómo la carpinteria de San José cepillando la madera y con sus acompañantes aserradores. El pasaje de la huída está instalado bajo una palmera con un recolector de dátiles que sube y baja. También hay que destacar las dos herrerías con los trabajadores herrando los caballos, los recolectores de chumbos, los labradores, las mujeres lavando y tendiendo la ropa, la alfarería con una colección de vasijas recién hechas, la recogida de la oliva, los coros de pastores cantando, mercadillos y la típica matanza del cerdo con el secadero de jamones y morcillas al fondo.

Una originalidad más añadida, es que dentro de esta geografía perfectamente recreada y proporcionada, se puede observar la instalación en miniatura de algunos monumentos y enclaves característicos de Águilas, cómo el montículo del Castillo árabe de San Juan, La Chimenea de la Loma, La Torre de las Palomas, La Torre de Cope, El Molino de Sagrera y la Iglesia de San José junto a la escena de la presentación del Niño en el templo y tras una minuciosa glorieta con la Pava de la Balsa y un encantador mercadillo donde venden de todo.

En definitiva,  es este un trabajo de una laboriosidad y coste excepcionales que sin duda merece la pena visitar para respirar cada año el auténtico espiritu de la Navidad con este "Nuestro Gran Belén".

Para Antonio, el mayor premio no es otro que mirar desde detrás de su belén y ver las caras de miles de niños que en estos 50 años se han acercado a contemplar la maravillosa recreación.