La edil de Servicios Sociales junto al equipo del CDIAT |
Coincidiendo con esta efeméride, la edil de Sanidad y Servicios Sociales, Ana María Miñarro, concejalía de la que depende el mencionado Centro, visitaba esta mañana sus instalaciones, donde ha podido comprobar el trabajo que diariamente desarrollan las profesionales que allí trabajan.
El equipo humano del CDIAT está formado por dos psicólogas, una logopeda y una fisioterapeuta, que prestan servicios de: evaluación y diagnóstico, estimulación y cognitivo, intervención motriz, psicopedagógico, intervención logopédica, consulta psicológica e intervención familiar, junto a otras asistencias sanitarias, educativas y sociales.
Ana María Miñarro indicó que el edificio cuenta con salas de: tratamiento psicólógico, logopedia, fisioterapia, psicomotricidad, despacho de atención a padres y un salón de reuniones. Según Miñarro “es un centro especialmente diseñado para la población atendida y cuenta con el material técnico y educativo adaptado a sus necesidades”.
La edil quiso subrayar que “la atención temprana es el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0 a 6 años, a su familia y entorno, que tienen por objeto dar respuesta inmediata a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos”. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, son planificadas por el equipo de profesionales de orientación interdisciplinar.
A lo largo de estos 25 años, el CDIAT ha atendido gratuitamente a unos 1.200 niños y a sus familias, que han acudido derivados desde los servicios: sanitarios (pediatría, neonatología, salud mental…), educativos (EOEP, colegios, escuelas infantiles…), y sociales (trabajadores sociales, servicio del menor…), así como a petición de los propios padres.
Las profesionales que acompañaron a la concejal durante su visita, explicaron a los medios de comunicación que la primera infancia es una etapa de gran plasticidad cerebral, lo que favorece la recuperación y reorganización orgánica y funcional, minimizando retrasos del desarrollo cuando existe patología e interviniendo también en la prevención de dificultades en niños de riesgo biológico o psicosocial. Todo ello, dando una vital importancia a la implicación familiar que proporciona a los niños un medio afectivo y emocional sano, fundamental para la eficacia de las intervenciones.
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