Este año la oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa)
—conocida comúnmente con este nombre por su comportamiento
“procesionario”, ya que va una oruga tras otra en fila india— está
descendiendo antes que de costumbre de los pinos como consecuencia del
cambio climático. En provincias como Málaga, Zaragoza, Valencia, Madrid o Tarragona esta semana ya están trabajando sin descanso
en tratamientos de distintas índoles para abordar los problemas de esta
primavera anticipada, y es que la oruga procesionaria es la más
problemática que encontramos en la península ibérica por tratarse de una
especie altamente urticante y alérgica.
Su peligrosidad radica en los miles de pelos
urticantes que posee y que libera cuando se siente amenazada, por ello
es tan perjudicial tanto para las personas como para los perros, a los
que el contacto con estos pelos puede ocasionarles graves problemas
respiratorios e incluso la necrosis en tejidos sensibles como la lengua.
Pero esta oruga procesionaria no es la única
oruga que podemos encontrar en un paseo por la naturaleza, y es por
esto mismo por lo que debemos saber diferenciar la oruga procesionaria de otras orugas como la oruga de los prados o la polilla arlequín.
Fuente: Rentokil Initial
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