La
Asociación “Milana Bonita. Paco Rabal en el recuerdo” entregó el pasado sábado
el galardón rabaliano, instaurado hace ya once años para, unido a otras
actividades que celebran regularmente, mantener viva la llama del recuerdo y
homenaje a Paco Rabal, aquel niño que nació envuelto en la nada y llegó a ser
el actor más internacional que hasta ahora ha dado el cine español.
En
esta ocasión acordaron galardonar como “Rabaliana 2014” a la película Los
Santos Inocentes (Mario Camus, 1984), convirtiéndose así, tal vez, en el último
homenaje a aquella extraordinaria película en su 30 aniversario.
Para
que recogieran la acreditación designaron a Benito Rabal, hijo del actor y, a
la postre, director en funciones del filme en cuestión, y a las tres mujeres de aquella cruda foto de
familia, Terele Pávez (Régula) y sus dos hijas cinematográficas, Nieves y
Rosarito, “la niña chica”, interpretadas por Belén Ballesteros y Susana Sánchez.
Y
echando mucho en falta a esta última, que no pudo asistir por motivos graves de
carácter familiar, los otros tres personajes se convirtieron en los auténticos
protagonistas de una jornada presidida por Paco Rabal-Azarías con la milana
bonita sobre su hombro. Por la mañana realizaron la ya conocida como “ruta
rabaliana”, que arranca en la calle Francisco Rabal para pasar después por la
Casa de la Cultura que lleva, también, su nombre y emprender viaje, pasando por
la que fue casa familiar de los Rabal, “Milana Bonita”, en Calabardina, a la
Cuesta de Gos, cuna natural del actor y donde se encuentra una escultura del
mismo recordando que allí descansaron durante un tiempo sus cenizas.
Por
la noche, en un acto que resultó tan festivo y emotivo como los diez
anteriores, Miguel Ángel Blaya, presidente de la Asociación organizadora del
acto, fue entregando los galardones a los tres representantes de aquel inmenso
reparto, más Carolo Ruiz, hijo de Terele Pávez, que recogió el correspondiente
a Susana Sánchez. Y todos ellos desfilaron por el escenario recordando a Paco y
dejando escapar alguna que otra lágrima delatora de la emoción y el recuerdo
que les embargaba.
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